EL PAÍS publica el día 2 de octubre, en la página 18, un artículo en el que se comentan posibles actuaciones del Ministerio del Interior. En el recuadro interno se recogen algunas declaraciones del señor Acebes; si el ministro se expresó tal y como las palabras entrecomilladas en el texto sugieren, en concreto cuando dice que la investigación fue "suficiente sólida como para llevar a la convicción..."; o reunía "el perfil delincuencial...", etcétera, ¿no parece conveniente, a la vista de tanto despropósito lingüístico al que estamos sometidos (no digamos ya de otro tipo), proponer un cursillo acelerado de formación en Lengua Española que ayude a distinguir a nuestros políticos entre un adjetivo y un adverbio o a saber que algunas palabras, sencillamente, no existen? ¿La Ley de Calidad del Ministerio de Educación no podría aplicarse con efectos retroactivos y suspender a los cargos públicos que no sepan utilizar correctamente el idioma? En el caso que comentamos, desde luego, no aprobaría.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de octubre de 2003