El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer, a petición de Siria, en sesión de emergencia para examinar una resolución contra Israel por el ataque perpetrado contra la base de las milicias radicales de Ein Saheb. Todos los embajadores, salvo el de EE UU, condenaron unánimemente la represalia israelí. El secretario general, Kofi Annan, preocupado por "la escalada de violencia", deploró el ataque israelí antes de la reunión e hizo un llamamiento en favor del respeto "de la legalidad internacional".
El borrador de resolución sirio "condena el injustificable ataque de Israel que puede tener incalculables consecuencias no sólo en la zona sino en el resto del mundo". "Israel sigue violando la Carta de Naciones Unidas", dijo el representante sirio, Faisal Mekdad.
"Por razones desafortunadas, Siria todavía no ha sido objeto de una operación conjunta en el marco de la lucha antiterrorista, todavía", replicó el embajador israelí, Dan Gillerman.
Uno a uno los embajadores del Consejo condenaron el ataque. "El atentado de Haifa", dijo el representante español, Inocencio Arias, "no puede llevarnos a minimizar la extrema gravedad del ataque contra Siria que constituye una violación de la leyes internacionales". Los embajadores del Reino Unido, Alemania, México, Chile y Pakistán calificaron de "inaceptable" la acción de Israel.
Sólo EE UU arremetió contra Damasco. "Siria está del lado equivocado en la guerra contra el terrorismo", declaró el embajador John Negroponte.
Alemania, Francia y Gran Bretaña emitieron una dura condena del ataque aéreo israelí y coincidieron en calificar la acción de violación del derecho internacional.
Los representantes permanentes de la Liga Árabe instaron al Consejo de Seguridad a que actúe rápidamente para impedir ataques contra Siria y para que detenga lo que llamaron el "terrorismo del Estado judío".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 6 de octubre de 2003