La política medioambiental en Lleida ha sido contestada por las entidades ecologistas, especialmente en el Pirineo, donde se han impulsado distintos proyectos urbanísticos vinculados al turismo de la nieve. El esquí no sólo ha significado un cambio drástico en la gestión de las áreas de montaña y en el aprovechamiento de los recursos naturales, sino que la economía ha pasado a depender del monocultivo del turismo.
Un ejemplo ilustrativo de esta dependencia y del crecimiento urbanístico descontrolado es el valle de Aran, cuya actividad económica gira alrededor de la estación de esquí de Baqueira-Beret. El complejo, con 38 años de vida, ha generado mucha riqueza, pero también muchos agravios y desequilibrios. La empresa que lo explota ha sabido aprovecharse, sobre todo durante el mandato de Jordi Pujol, de una normativa tan ambigua como permisiva.
La última revisión de las normas subsidiarias de Naut Aran, el municipio del que depende la estación, destapó numerosas irregularidades cometidas durante los últimos 20 años gracias a una Administración que ha aplicado en el Pirineo el mismo criterio de desarrollo urbanístico que el que en la década de 1960 se acabó con la belleza de amplias zonas del litoral mediterráneo. Sus dos últimos proyectos -la construcción de una gran urbanización en el valle de Ruda y la prolongación de la estación hacia el valle de Àrreu- han sido cuestionados por entidades ecologistas y sectores progresistas del valle, que consideran que la Generalitat ha cedido su papel de órgano planificador a la empresa privada.
Aeropuerto de Lleida
En la Plana de Lleida, además de la gestión de los purines y los vertederos de residuos industriales, el principal contencioso tiene que ver con la ubicación del futuro aeropuerto comercial en el actual aeródromo deportivo de Alfés, situado en medio de un tomillar de 100 hectáreas que se halla protegido porque habitan en él aves en peligro de extinción, como la alondra Dupont y el alcaudón.
El proyecto cuenta con la oposición de ecologistas y del Ayuntamiento de Lleida, gobernado por el PSC, ICV y ERC, partidarios de buscar otras alternativas para construir la instalación aeronáutica. La Generalitat pretende asfaltar la pista principal y ampliarla de 1.500 a 1.800 metros, además de construir equipamientos complementarios. Contra el proyecto se han presentado más de 4.000 alegaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de octubre de 2003