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El Centro Galego de Arte cumple 10 años con seis exposiciones que subrayan su espíritu fundacional

Santiago de Compostela

El director del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC), Miguel Fernández-Cid, define el aniversario con una paradoja: "Diez años no son nada, pero son mucho para un museo de este tipo". Un decenio en el que el CGAC ha pasado por toda clase de vicisitudes, incluida la formidable borrasca político-cultural que desató la decisión del Gobierno autonómico de destituir a la anterior directora, Gloria Moure. El centro celebra ahora el cumpleaños con media docena de exposiciones que pretenden subrayar su espíritu fundacional.

La mezcla entre lo local y lo internacional, además de la búsqueda de proyectos que se adapten al peculiar espacio arquitectónico creado por Álvaro Siza, fueron, desde el inicio, dos de las grandes divisas del CGAC que, según su director, han inspirado también los montajes conmemorativos del décimo aniversario. El equipo de Fernández-Cid ha escogido a siete artistas de distintas nacionalidades -tres alemanes, una irlandesa, una serbia, un portugués y un gallego-, generaciones y modalidades artísticas, que componen seis muestras por separado.

Roland Fischer ha traspasado al Camino de Santiago la idea de una antigua serie suya sobre catedrales góticas centroeuropeas. Fischer presenta la arquitectura de la ruta jacobea a través de fotografías superpuestas y coloreadas digitalmente. El paisaje humano del camino también está presente en los retratos, con encuadre de carné de identidad, de 1.050 peregrinos llegados a Santiago. La propuesta que incorpora más decididamente las nuevas tecnologías es la de la alemana Karin Sander, quien ha inmortalizado en pequeñas esculturas las figuras de los visitantes al museo. El videoarte está presente con las obras de Teresa Hubbard y Alexander Birchler, y del portugués de 27 años João Onofre y el gallego de 29 Vicente Blanco. La aportación de la serbia Marina Abramovic es un libro que recoge la pintoresca experiencia que organizó el año pasado, invitada por el CGAC, en una casa del interior de Lugo, donde un grupo de artistas se encerró durante cinco días sin comer y sometido a duras pruebas físicas.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de octubre de 2003