Los duros enfrentamientos de las últimas semanas entre París y Bruselas pasan factura. Sólo el 54% de los franceses estaría dispuesto a votar sí a la Constitución Europea en la hipótesis de que el referéndum se celebrara el domingo próximo, según un sondeo del Instituto CSA difundido por la radio y la televisión públicas. El 27% votarían no y la franja de indecisos o personas sin opinión se extiende al 19%.
El presidente Jacques Chirac no ha despejado la duda de si habrá un referéndum. Hasta un europeísta convencido como el líder centrista François Bayrou, que forma parte de la mayoría de Chirac pero mantiene posturas críticas en muchos aspectos, asegura que Europa vive "una crisis sin precedentes", pese a lo cual sigue pensando que la consulta sobre la Constitución es necesaria. El presidente del partido mayoritario UMP, Alain Juppé, considera el referéndum "difícilmente evitable", mientras el presidente del Parlamento, Jean-Louis Debré, miembro también de la mayoría, advierte de que un referéndum puede estropearlo todo.
Toda la oposición quiere que se celebre el referéndum, sin garantías de apuesta por el sí. El también ex primer ministro y ministro de Economía, Laurent Fabius, defiende la organización simultánea de la consulta en todos los países de la UE, mientras dos de las corrientes minoritarias (Nuevo Mundo y Nuevo Partido Socialista) anticipan que pedirán el voto negativo. El Partido Comunista se muestra dividido y la extrema izquierda está abocada al no. La extrema derecha pasa de Europa: el objetivo prioritario de Jean-Marie Le Pen consiste en dar un buen susto a la derecha en las elecciones regionales de marzo próximo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de octubre de 2003