Leo en un editorial del sábado 4 de octubre que su periódico aboga por el fomento de la lectura.
Pero ¿en qué consiste exactamente el fomento de la lectura?
Los bibliotecarios de universidades sabemos que invirtiendo en bibliotecas modernas se logra que los lectores acudan a ellas y se lleven en préstamo los libros. Los informes recientes de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez demuestran que lo mismo sucede en las bibliotecas públicas en España: quien siembra bibliotecas recoge lectores. Los editores españoles también lo han comprendido y, no por casualidad, el Liber ha premiado este año a los bibliotecarios (aunque tarde, muchas gracias).
Estoy totalmente de acuerdo con el presidente del Gobierno cuando dice que este país ha de ser no sólo simpático, sino, sobre todo, serio. El presidente, que ha viajado mucho, habrá visto que los países serios, empezando por los Estados Unidos, con los que él se muestra tan simpático, invierten en bibliotecas, las dotan de plantillas y les dan dinero para libros. Creo que hay consenso: seamos serios, dotemos a las bibliotecas y comprémosles libros para fomentar la lectura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 7 de octubre de 2003