Aún no se conoce el número exacto, pero son cientos los mapas y grabados de los siglos XVI y XVII que desaparecieron el 21 de julio del palacio que había sido la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuando Río de Janeiro era capital del Estado. El hecho, que según los expertos "hiere la memoria histórica del país", no se ha conocido hasta ahora. Según el ministro de Exteriores, Celso Amorim, se trata de "un robo de enorme gravedad" y ha pedido al ministro de Justicia, Thomas Bastos, que acelere las investigaciones policiales.
El patrimonio cartográfico del Palacio de Itamaraty es el mayor del país y está compuesto de rutas de navegación, divisiones de capitanías hereditarias y delimitadas por fronteras pintadas a mano, muchas de ellas en acuarela. Algunas planchas tienen detalles pintados en oro. Las obras robadas tienen una gran demanda, sobre todo en París y Londres, y se calcula que cada una de los cientos de piezas robadas tiene un valor no inferior a 70.000 dólares.
Entre las piezas desaparecidas figuran 11 grabados acuarelados del atlas de Van Keulen, y un mapa del litoral de Pernambuco, firmado por el holandés Humilimus Hondius. También fueron robados cientos de fotografías, entre ellas una colección de siete álbumes de Río, originales de Marc Ferraz. Además, han desaparecido los retratos de la princesa Leopoldina y de Dom Pedro I y la colección de fotos del Barón de Rio Branco.
Lo curioso del caso es que algunas de las obras robadas han sido devueltas por correo, entre ellas 12 planchas del atlas Estado do Brasil, de 1631. Dicha devolución, según la policía, indica que el robo fue realizado por alguien que devuelve lo que no coloca en el mercado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de octubre de 2003