Más vale tarde que nunca, dice el refranero español. Y el PP parece tenerlo muy presente, a tenor de la decisión de aceptar que ayer tuviera lugar en las Cortes Valencianas un debate en torno a la guerra de Irak y, en especial, sobre la participación española en el conflicto, que los grupos de la oposición habían reclamado, con insistencia pero sin éxito, desde el pasado mes de febrero. Desde entonces, el Grupo Popular había echado mano de su mayoría absoluta para rechazar una y otra vez las iniciativas presentadas por los socialistas y Esquerra Unida que pretendían llevar al Parlamento valenciano un debate que estaba en la calle y que preocupaba a la mayoría de los ciudadanos.
Ayer, finalmente, la Cámara vivió un debate en torno al asunto, si bien no en el pleno, sino en una comisión, donde se incluyó una iniciativa del PSPV, respaldada por EU-L'Entesa, en la que entre otras cosas se pedía instar al Consell a dirigirse al Gobierno español para que ordene la vuelta de las tropas españolas enviadas a Irak.
El socialista Andrés Perelló afirmó que la guerra de Irak "pasará a la Historia como el acto político y militar más cruel e injustificado del siglo XXI, donde los pretextos se impusieron a las razones y donde la hegemonía política, económica y militar se impusieron al Derecho internacional", dijo que el envío de tropas "no tiene el respaldo" de la ONU y pidió su regreso. La popular María Ángeles Ramón-Llin argumentó que se pretendía "ayudar a crear un estado democrático y acabar con la barbarie del sometimiento de todo un pueblo" y aseguró que la intervención española "tiene respaldo legal de la ONU".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de octubre de 2003