Creo que ya es hora de tener el valor cívico de denunciar lo que constituye una estafa a todos los madrileños, que debemos pagar con nuestros impuestos un tan costoso como desmesurado servicio policial; padeciendo, además, no pocos ciudadanos del Centro otros perjuicios económicos, y sufriendo incluso algunos residentes o transeúntes múltiples molestias, incluso graves (emergencias médicas, citas y viajes perdidos, etcétera). Todo ello "justificado" con una mentira que merece figurar en el Libro Guinness de los Récords, ya que multiplica por más de cien el número de personas beneficiadas a ese costo por la llamada Fiesta de la Bicicleta.
Sí: yo estuve en el punto de salida, cuando estaban preparándose para salir los ciclistas. Andando en zigzag entre ellos pude estimar su número en un máximo de 3.000, calculándolo con generosidad. Y aun suponiendo que después se incorporara casi otro tanto, unos 2.000, el número total sería, como mucho, de 5.000, cifra más de cien veces inferior de los "más de medio millón" difundido para provecho económico y prestigio de los organizadores de ese espectáculo que, por lo demás, cada año tiene menos, y no más participantes, contra lo que esos mismos responsables pretenden, encima, hacernos tragar.
Me ofrezco como testigo para cualquier organización que tenga el valor de denunciar que "ese rey está desnudo" y emprender las acciones pertinentes para acabar con ese engaño. Ojalá esto sirva para abrir los ojos a muchos ciudadanos e implicarse en un movimiento para moralizar nuestra vida pública, porque quienes respecto a un hecho tan cercano y comprobable son capaces de mentir hasta ese punto por tan poco beneficio, ¿qué embustes serán capaces de construir en otros terrenos?.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 8 de octubre de 2003