España juega más en Atenas que en Yereván. Juega más en el Grecia-Irlanda del Norte que en su propio duelo frente a Armenia (18.00, TVE 1). La fase de clasificación para la Eurocopa se acaba hoy y la selección española depende mucho más de los demás que de sí misma, de que Irlanda del Norte, última del grupo de clasificación, e incapaz de hacer siquiera un gol en los siete partidos que ha disputado, arranque al menos un empate de su visita al líder, Grecia.
Iñaki Sáez se resiste a descartar cualquier desenlace, no abandona "la ilusión de que los irlandeses le hagan daño a los griegos", pero realmente no se percibe ningún olor a última jornada en el equipo español. Las estadísticas de unos y otros y la lógica obligan a España a resignarse con la repesca de noviembre, con el enfrentamiento a doble partido los días 15 y 19 ante otro segundo de grupo -ya entonces sí a todo o nada, y cuyo sorteo se celebrará el próximo lunes-, por una plaza en la fase final de Portugal 2004.
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Así que más bien por si acaso, sólo por si la flauta quisiera sonar, España se ha obligado a ganar sí o sí a Armenia. Como dijo Cañizares ayer en conferencia de prensa, "nadie va a sentir una decepción porque Grecia no pinche", pero como añadió Raúl, "lo que sí dolería es que se produjera el milagro en Atenas y España no ganase en Armenia".
El sentimiento es unánime en toda la selección. "No va a ser fácil", matiza el seleccionador, "porque es un rival que nos va a obligar a trabajar mucho y durante todo el encuentro, pero no concebimos otra cosa que ganar".
Superada la cuesta de junio -fue entonces cuando perdió ante Grecia y empató contra Irlanda del Norte los encuentros que ahora España lamenta-, por pura cuestión de fechas, el seleccionador español se deja llevar por una fe ciega en las posibilidades del equipo. No sólo para batir a Armenia, sino también para competir con moral en la repesca hacia la que todos miran del próximo mes.
"Lo aprendí desde que estudiaba en el curso de entrenadores: el mes de noviembre es el mes en el que nuestros jugadores cogen la forma idónea, es el mes bueno habitual del fútbol español".
En ese ambiente de confianza y falta de tensión, a mitad de camino entre la sospecha y la certeza de que la cita de esta noche no vale en realidad de mucho y de que al equipo español le tocará jugarse los garbanzos el próximo mes, el único punto de preocupación alrededor del equipo lo constituye Fernando Torres y su estado de forma. Iñaki Sáez, que sigue inflexible con su sistema, le ha mandado al banquillo a cambio de Valerón.
Con todo, Sáez tuvo palabras de cariño hacia Fernando Torres y no se mostró inquieto por su situación. Entre otras cosas, explicó, porque su caso lo ha visto cientos de veces en el fútbol. Lo llamado el mal del goleador: "Son personajes que están abocados a rachas. Parece que están mal y de pronto cambian. Pasó con Raúl la convocatoria pasada. De repente, aparecen, marcan un gol y se acaban los problemas. Siempre hay que confiar en ellos. A Torres le veo normal con sus compañeros, lleva su dolor por dentro. Nosotros tratamos de ayudarle. Son cosas que cambian de la noche a la mañana. Son todos iguales. En el momento que no encuentran el gol parece como que les faltara algo. El gol es su única recompensa y cuando les falta, sufren".
También se refirió al delantero del Atlético el capitán de la selección, Raúl, curtido en batallas parecidas también desde joven: "Le veo muy tranquilo. Es un futbolista joven y con ganas de triunfar. Ni ahora es tan malo ni antes era tan bueno. Sigue siendo un jugador con muchísimo futuro, sigue estando en condiciones de progresar".
Con respecto a las últimas citas, Sáez introducirá dos novedades más. Albelda por Xabi Alonso y Helguera por Juanito.
Armenia: Berezovski; Vardanyan, Bilibio, Zeciu, Melikyan; Sarkisian, Artur Petrosyan, Voskanyan, Khachatryan; Artavazd Karamyan y Arman Karamyan.
España: Casillas; Salgado, Helguera, Marchena, Puyol; Albelda, Baraja; Etxeberria, Valerón, Vicente; y Raúl.
Árbitro: Urs Meier (Suiza).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de octubre de 2003