Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

El 'caso Bryant' se ensucia más

Sobre la estrella de la NBA caen las peores acusaciones sexuales

El caso Kobe Bryant está cada vez más sucio y acaba de empezar. La audiencia preliminar para determinar si se produce el juicio, celebrada el jueves en un pequeño pueblo de Colorado, corroboró los peores presagios sobre las duras estrategias que seguirán acusadores y defensores de la estrella de la NBA, que encara cargos hasta de cadena perpetua por la supuesta violación de una joven de 19 años. La policía contó en la vista con crudeza el relato de la víctima sobre cómo sufrió las peores vejaciones por parte de Bryant, padre, esposo y jugador hasta ahora ejemplar. La defensa de Bryant la cuestionó por su pasado de permisividad sexual.

Todo lo que envuelve el caso Bryant, el jugador más famoso, brillante e importante en activo de la NBA, es ya un espectáculo descontrolado. Algo inevitable, con más de 300 medios de comunicación acreditados y apostados por todas las esquinas en una pequeña villa de la turística cordillera de Colorado. Allí, en un complejo hotelero de lujo en Eagle, ocurrieron los hechos, ahora sometidos a juicio público, en la noche del pasado 30 de junio.

Pero las versiones sobre ese encuentro entre Bryant, la megaestrella millonaria de 25 años, y la joven conserje rubia no pueden ser más dispares. La sesión judicial del jueves duró más de seis horas y fue tensa. Bryant, afectado todo el verano, más delgado y que ha tenido que dejar los entrenamientos de pretemporada con Los Ángeles Lakers en Hawai, no habló nada. Sus abogadas, las mejores y más pagadas, sopesaron renunciar a su intervención.

La sesión, finalmente, se produjo y enseñó las cartas de cada parte. Para Bryant, el peor y más dañino relato fue el de un jefe de policía que contó la versión narrada la mañana siguiente a los hechos por la víctima. Ella aceptó entonces que se produjo un leve flirteo con la estrella a su llegada a la recepción, que le regaló un tour especial por el complejo y que incluso le acompañó a su habitación y le dejó que la besara. Según su exposición, a partir de ahí Bryant se desbocó, no escuchó sus negativas, le impidió la salida y la violó por detrás sobre una silla, agarrándola fuertemente de la garganta. Dice, además, que tras la violación la obligó a besarle sus genitales. Y que al final la amenazó para que no contara a nadie lo sucedido. Una camiseta de Bryant fue encontrada con sangre. Una enfermera aportó pistas que podrían corroborar el abuso y la violencia.

Pero el equipo de abogadas de Bryant mantiene que el sexo fue consentido. Y cuestionan la credibilidad de la supuesta víctima. Para ello se agarran a unos informes médicos secretos, que el juez no les deja usar todavía, en los que se demostraría su inestabilidad emocional en las semanas previas, y también en su teórica facilidad para mantener relaciones sexuales con hasta tres hombres diferentes en sólo tres días.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de octubre de 2003