El pasado mes de marzo no lo olvidarán fácilmente Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los Albertos. En unas semanas y tras su condena por falsedad y estafa por el caso Urbanor, tuvieron que dimitir de los consejos de Dragados, ACS, el banco por Internet Inversis, ENCE, Indra y, por supuesto, de la presidencia de Banco Zaragozano.
Sin embargo, este abandono forzoso no supuso su adiós al mundo empresarial. Contaban con una buena cuenta corriente tras la venta del 40% que poseían en el Zaragozano, ya que recibieron alrededor de 460 millones por sus acciones. A pesar de que la condena les exige el pago de casi 24,5 millones y todos los intereses de demora como indemnización, todavía les queda efectivo para invertir.
Su primera apuesta fue incrementar la participación del 5,06% en la constructora ACS hasta el 10,17% por un importe aproximado de entre 100 y 120 millones. Los Albertos, que compraron esta participación indirectamente, adquirieron este paquete a Barclays Bank, propietaria del Zaragozano. Con esta posición, los ex presidentes del Zaragozano se sitúan como terceros accionistas de ACS, tras Corporación Alba -holding de la familia March-, que tiene el 22,5%, y el presidente de ACS, Florentino Pérez, con el 20%. Fuentes del mercado indicaron que entre Alberto Cortina y Alberto Alcocer podrían controlar hasta el 19% de la constructora, ya que tienen otras participaciones indirectas.
Ésta no será la última inversión de los Albertos, que ayer vieron cómo se cerraba un paso más del caso Urbanor, que se inició en 1957 cuando se consiguieron las parcelas en la plaza de Castilla en Madrid. Éstas quedaron en manos de un grupo de inversores, entre los que estaban los Albertos. Los kuwaitíes del grupo KIO se interesaron, pero pagaron un precio más alto a los financieros que al resto de los socios, entre ellos Construcciones San José, cuyo presidente ahora se sienta en el Consejo del BBVA, y comenzaron las querellas. Ahora todo está en manos del Tribunal Constitucional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de octubre de 2003