Varios centenares de personas asistieron ayer en el cementerio de Madrid al entierro del sargento primero y agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) José Antonio Bernal, asesinado en su domicilio de Bagdad el pasado jueves.
Al entierro, que comenzó a las once de la mañana, asistieron centenares de compañeros, vecinos y familiares del fallecido. Bernal recibió sepultura tras un responso en el camposanto madrileño, y durante el entierro se produjeron escenas de dolor y emoción por parte de los familiares más directos.
El cadáver de Bernal había llegado el día anterior a la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde se celebró el funeral, presidido por los ministros de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, y de Asuntos Exteriores, Ana Palacio.
Además, asistieron a la ceremonia, celebrada en la capilla de la base de Torrejón, el director general del CNI, Jorge Dezcállar; representantes de la cúpula militar, encabezada por el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno Barberá, y la vicepresidenta de la Comisión Europea Loyola de Palacio, entre otras autoridades civiles y castrenses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de octubre de 2003