Un millón y medio de chiíes se encuentran en Kerbala, una de las ciudades santas de esta rama del islam, para conmemorar el nacimiento del Mahdi, el último de los 12 imames y al que se espera desde el siglo IX como un redentor que traerá la justicia. El portavoz de la División Multinacional al mando de Polonia, en la que están integrados los 1.300 soldados españoles desplegados en Irak, Henryk Rosa, declaró ayer que se espera que durante el día de hoy se superen los tres millones de fieles. Las celebraciones comenzaron a medianoche y se desarrollarán durante todo el día.
Las carreteras del sur y del norte están atestadas desde hace horas por miles de autobuses y automóviles particulares que portan miles de banderas del islam y retratos de los primeros imames, Alí y Husein.
Los chiíes, brutalmente reprimidos durante la dictadura de Sadam Husein y cada vez más descontentos con la presencia de las tropas extranjeras, conmemoran por primera vez esta fiesta. La seguridad del acto dependerá de las milicias de los dos principales grupos chiíes, la del Consejo Supremo de la Revolución Islámica, cuyo líder espiritual, Mohamed al Hakim, fue asesinado el 29 de agosto mediante un coche bomba que causó más de 123 muertos, y el Ejercito del Mahdi, que dirige el imam radical Murtada al Sader, el más crítico con la ocupación.
El Ejército del Mahdi se enfrentó a tiros con las tropas estadounidenses en una barriada popular de Bagdad en la madrugada del viernes. Murtada, de 26 años, hijo de Mohamed al Sader, uno de los imames más importantes de Irak y que fue asesinado en 1999 por orden de Sadam Husein, se ha convertido en el nuevo y grave problema para los estadounidenses. El Ejército del Mahdi, creado en julio como una fuerza desarmada y pacífica para expulsar a los invasores, es ahora una milicia de combate con predicamento entre los más pobres.
En Nayaf, donde operan soldados hondureños y salvadoreños de la Brigada Plus Ultra, al mando del general español Alfredo Cardona, miles de personas desfilaron ayer por alguna de sus calles en apoyo a Murtada. Éste había solicitado en el rezo del viernes el apoyo público a su propuesta de crear un Gobierno paralelo al Consejo Provisional nombrado a dedo por EE UU. Durante el rezo del viernes en una mezquita de la vecina ciudad de Kufa, Al Sader elevó su desafío a las autoridades al anunciar la formación de un Gabinete en la sombra de seis carteras: Justicia, Interior, Información, Asuntos Exteriores y Promoción de la Virtud y la Represión del Vicio. El presidente de turno del Consejo de Gobierno Provisional, Iyad al Alaui, reafirmó ayer desde Bagdad la legitimidad de su Ejecutivo y dijo que Murtada no iba en serio.
El temor a que hoy se puedan producir incidentes no es baladí. Ayer, un agente de la nueva policía iraquí, creada por los estadounidenses y que es muy impopular, perdió la vida y otros seis resultaron heridos en un ataque con granadas de mano en un control en al Muhenawia, localidad situada a cinco kilómetros al sur de Kerbala, donde hoy se celebra la fiesta del Mahdi.
Por otra parte, tropas estadounidenses de la 4ª División de Infantería han detenido en una aldea próxima a Tikrit, a unos 175 kilómetros al norte de Bagdad, a seis personas sospechosas de fabricar explosivos destinados a la resistencia. Los soldados, apoyados por carros de combate, blindados y helicópteros, asaltaron tres viviendas confiscando varios fusiles Kaláshnikov, diversas revistas, uniformes y material eléctrico. El coronel al mando de la operación, Steve Rusell, aseguró ayer que dos de los capturados podrían tener relación con la Seguridad Especial del difunto régimen y aportar datos sobre el escondite del ex dictador.
Seis meses después de la caída de Bagdad y del desmoronamiento de la dictadura, la resistencia representa el principal problema para las fuerzas ocupantes. Desde que el presidente George W. Bush decretara el fin de las hostilidades, el 1 de mayo, han perdido la vida 94 soldados norteamericanos en diversas acciones guerrilleras.
El mando de EE UU acusa a miembros del antiguo régimen y a grupos terroristas extranjeros de ser los responsables de los atentados, que en su mayoría se realizan en el triángulo suní formado por las ciudades de Tikrit-Ramadi-Bagdad, donde la oposición a las tropas extranjeras es mayor.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de octubre de 2003