El "¡No a la guerra!" ya tiene sustituto en la segunda campaña de las elecciones autonómicas madrileñas. Los trabajadores de Sintel se han unido a los de Antena 3, pendientes de un expediente colectivo de despido, y amenazan con boicotear todos los actos electorales del PP. Ayer silbaron e increparon a la candidata, Esperanza Aguirre, y al ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, al término de un acto con mayores. Dentro, a salvo de protestas, los dirigentes populares habían prometido a los jubilados más asistencia domiciliaria y un plan de salud bucodental.
Aguirre y Zaplana visitaron por la mañana los talleres para mayores que La Caixa tiene en Madrid, y terminaron el acto con una charla electoral ante 70 jubilados que escucharon y aplaudieron con timidez. No hubo grandes promesas, y la candidata del PP ni siquiera se esforzó demasiado en repetir las que ya hiciera en la anterior campaña. Ella y el ministro Zaplana prefirieron hacer balance de la política de pensiones del Gobierno central y elogiar a los mayores que tenían como auditorio porque ellos "han construido la mejor España de la historia".
"No podemos prescindir de la sabiduría y el empuje de los 800.000 mayores de 65 años que hay en Madrid", dijo Aguirre, y a continuación resumió sus promesas electorales de mayo: un plan bucodental para "pagar la dentadura" a los jubilados con pensiones asistenciales (las más bajas), la ampliación de la ayuda a domicilio a 50.000 mayores y la creación de servicios de geriatría en todos los hospitales.
A esos compromisos de ámbito autonómico sumó Zaplana el recordatorio de las últimas medidas del Gobierno en materia de pensiones. "Y les anuncio que este año vamos a volver a subir las pensiones, lógicamente", terminó el ministro, sin precisar que la subida será, lógicamente, la que, por ley, debe aprobarse cada año: el equivalente a la subida de los precios (IPC).
Zaplana hizo una encendida defensa de la candidata: "Esperanza no es sólo una de las personas más preparadas del PP. Además, tiene el don de la simpatía y es tremendamente agradable", afirmó. Después pasó la palabra a Aguirre, que cerró el acto con estas palabras: "El mejor termómetro de una sociedad solidaria es la atención a los mayores. Y en eso nunca nadie nos ha ganado ni nos va a ganar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de octubre de 2003