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Crítica:MÉXICO | LA LIDIA

Una pesadilla

Esta novillada fue una pesadilla a la que se prestaron los toreros: reses violentas y con mucho sentido que tiraban hachazos.

Con asombrosa tranquilidad, Rodrigo Merino resistió a su primer oponente, que cabeceaba, y en sus pases por el derecho hubo aroma. A su codicioso segundo lo lidió con poder. Aunque el toreo de este novillero es frío, cuando le imprime gusto transmite emoción a los tendidos.

El debutante Pablo Samperio recibió a su primero ligando cuatro faroles, pero con la pañosa no pudo dominar al revoltoso animal. Paradójico el nombre de Incansab le, el segundo de Samperio,pues en el último tercio el inválido burel se cansó y se echó en la arena en cuatro ocasiones.

En su presentación, Cristian Restrepo, exponiendo mucho, le sacó con tirabuzón algunos recorridos a su aplomado primero. El novillero de Cali (Colombia) se jugó el físico con su fiero segundo, el burel con mayor movilidad del encierro. Con los pies metidos en su montera y colocado en los medios, inició su heroico trasteo con escalofriantes estatuarios. Despachó a su enemigo de un estoconazo.

Huerta / Merino, Samperio, Restrepo

Novillos de Joselito Huerta: presentables, débiles; descastados, salvo el 4º y 6º. Rodrigo Merino: palmas; aviso y al tercio. Pablo Samperio: silencio; aviso y división. Cristian Restrepo: silencio y al tercio. Monumental Plaza México, 12 de octubre, 9ª novillada. Mala entrada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de octubre de 2003