El fotógrafo Naoya Hatakeyama (Iwate, Japón, 1958) plasma los espacios públicos del Japón sobre película, sin alterar las composiciones originales ni manipular posteriormente la imagen. Toma una y otra vez fotografías del mismo lugar y las ordena en series, que va encadenando desde mediados de los 80. El Aula de Cultura de la BBK muestra desde ayer seis de esas series, que descubren la minuciosidad y el trabajo metódico y artesanal de uno de los fotógrafos japoneses contemporáneos más destacados.
El objeto de la reflexión de Hatakeyama es el espacio público y la trasformación sufrida por su país tras la II Guerra Mundial. Una de las series expuestas en Bilbao reúne una treintena de fotografías de la misma área urbana de Tokio, que forma un mosaico de imágenes en color tomadas en distintos momentos del día y en diferentes estaciones a lo largo de nueve años. Y aún sigue trabajando para aumentar la serie.
Otras fotografías muestran un río urbano, que cambia a lo largo de la serie, a pesar de que se repiten los encuadres. O las voladuras en una cantera, en las que se implicó con tanta intensidad que las explosiones se llevaron por delante parte de su equipo fotográfico y le dejaron sordo de un oído.
Las reflexiones teóricas y la producción de fotografías de Hatakeyama comenzó a mediados de los años 80, cuando cayó en la cuenta de que la piedra caliza, materia prima para la fabricación del cemento, es el único material básico en el que Japón es autosuficiente.
El resto, debe importarlo. Empezó fotografiando las rocas, después las voladuras de las canteras en las que las piedras calizas eran reducidas a polvo y la cedena siguió por las fábricas de producción de cemento hasta llegar a las ciudades.
El comisario de la exposición, el profesor Ramón Esparza, destaca que en las fotografías de
Hatakeyama hay siempre una parte visible y una mitad invisible que se sugiere, un yin y un yang. "Hatakeyama es un fotógrafo que se mantiene en los presupuestos modernos, con una mirada original sobre el entorno, utilizando un medio de comunicación occidental y, a la vez, con una filosofía y una estética japonesa".
La exposición que se presenta en el Aula de cultura de la BBK (Elcano, 20), en Bilbao, hasta el 16 de noviembre es la primera individual de Hatakeyama en España. Su obra pudo verse en el pabellón japones de la Bienal de Venecia de 2001, en una colectiva en Valencia ese mismo año y en exposicones monográficas en distintos puntos de Europa, pero sigue siendo desconocido a pesar de los años de dedicación a la fotografía y el reconocimiento de su trabajo en Japón.
La itinerancia de la exposición por Europa se clausura en Bilbao, después de mostrarse en Hannover, Nuremberg, Amsterdam y en los Encuentros Internacionales de la Fotografía de Arles.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 14 de octubre de 2003