Mañana jueves, día 16, celebramos el Día Mundial de la Alimentación y sería bueno que los consumidores nos replanteemos nuestra actitud hacia algo tan necesario, cotidiano y omnipresente en nuestras vidas como son los productos alimentarios. A menudo, nuestros hábitos de consumo se rigen más por nuestra particular preocupación estética que por criterios de vida saludable. Innegablemente, nos falta información y nos sobra desinformación.
El etiquetado de muchos productos se detalla con palabras que nos son desconocidas a la mayoría. La publicidad es, en ocasiones, claramente engañosa. Al mismo tiempo nos llegan noticias sobre la creciente obesidad infantil, la expansión de la comida rápida o la retirada del mercado de éste o aquél producto milagro. Por eso demandamos que los medios de comunicación, los centros educativos y las organizaciones de consumidores asuman su responsabilidad de formar e informar con rigor y veracidad sobre esta materia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 15 de octubre de 2003