La OTAN tiene desde ayer una fuerza de élite (NFR, en inglés) para responder en operaciones relámpago a nuevos peligros como el terrorismo o las armas de destrucción masiva. Al menos en teoría, pues lo que nace ahora es el embrión: 9.000 de los más de 20.000 soldados que estarán operativos en el año 2006. Por el momento, España, con 2.200, es el principal contribuyente por tener hasta junio el mando del componente naval en el buque Castilla.
Ni el secretario general, George Robertson, ni tampoco los representantes diplomáticos de los 19 países socios asistieron al acto en la base aérea de Brunssum, en el sureste de Holanda, por negarse a cambiar la fecha de la reunión semanal del Consejo Atlántico, que se celebra los miércoles en Bruselas. Brunssum es la sede del cuartel general de las Fuerzas Aliadas del Norte de Europa (Afnorth).
"Estamos dispuestos a actuar desde el primer día", declaró el general James Jones, comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, tras el breve y sencillo acto en el que el marine norteamericano entregó la bandera de enganche, morada con el anagrama bordado, a su temporal cabeza responsable, el general británico Jack Deverell, jefe de Afnorth. "Queda mucho por hacer, pero la fuerza existe. No se trata de un ejercicio de papel", dijo éste.
"La OTAN está cambiando rápidamente para afrontar las nuevas amenazas de este siglo", sentenció Jones en la ceremonia. Las misiones de la NFR (NATO Response Force, en inglés) no se limitarán al terrorismo o las armas de destrucción masiva. También abarcarán operaciones de evacuación, mantenimiento de la paz, gestión de crisis o embargos. "Ninguna de las operaciones principales en las que está la Alianza actualmente
[Balcanes y Afganistán] encajan plenamente en las características por tratarse de operaciones de larga duración", según una fuente militar. La NFR deberá ser capaz de desplegarse en cinco días y estar en el terreno al menos un mes. La novedad principal es que se trata por primera vez de una fuerza integrada terrestre, naval y aérea con un mando único y con una rotación semestral de sus efectivos. En Irak podría servir en el futuro, pero en condiciones bien distintas a las actuales.
La NFR es iniciativa del Pentágono y surge a raíz del 11-S. El secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, la propuso a sus colegas hace un año, y fue aceptada por los socios aliados y bautizada en la Cumbre de Praga en noviembre de 2002. Muchos analistas vieron en el proyecto un intento de EE UU de ensombrecer a la Fuerza de Reacción Rápida de la UE. Washington lo niega.
Paradójicamente, la aportación humana norteamericana es modesta, de apenas 300 a 400 soldados, si bien EE UU facilitará tecnología de la que carecen los aliados. Jones restó importancia ayer a esa circunstancia, aludió a las obligaciones actuales en Irak y prometió que el Pentágono acrecentará la cifra antes de junio de 2004.
La gran sorpresa es España, que figura para la primera rotación, con unas 2.200 unidades, como el primer país de los 11 que hasta ahora han comprometido efectivos, seguido de Francia (1.700), Alemania (1.100), Reino Unido (700), Turquía (600), Italia (600), Grecia (300), EE UU (300), Bélgica (250), Holanda (200), Noruega (150), Dinamarca (100), República Checa (80) y Polonia (20). Casi todos suministran barcos, aviones y helicópteros. El cuartel general de las Fuerzas Aliadas en Europa (Shape) facilita 700 soldados, así como los aviones radar Awacs. "Se trata de un reto para España, porque empieza como país líder en la capacidad inicial de la NFR", dijo el vicealmirante Fernando Armada, comandante del cuartel general de Alta Disponibilidad de la OTAN en Rota.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de octubre de 2003