La posguerra en Irak continúa cobrándose vidas entre las tropas de EE UU. La muerte de cuatro soldados en las últimas horas elevó ayer hasta 101 el número de víctimas mortales en combate desde que George W. Bush declaró el 1 de mayo el fin de la guerra. En la noche del jueves, en la ciudad santa de Kerbala, tres soldados y dos policías iraquíes murieron en un enfrentamiento con milicianos chiíes (en la foto).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de octubre de 2003