Cataluña tiene una riqueza superior a la de la gran mayoría de las autonomías, pero cada año su inflación es superior a la del resto de las comunidades. Nuestro poder adquisitivo es cada día menor y la ropa y la comida es más cara aquí. ¿Por qué sucede esto? Por la mala gestión y los pésimos gestores.
Señores Mas y Maragall, cuando las necesidades básicas estén como deben estar, entonces hablen de reformar el Estatut o de las selecciones catalanas. Pero, por favor, utilicen el sentido común y gestionen el futuro de Cataluña mejor que hasta ahora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003