Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, aprovechó ayer un acto organizado por su partido sobre el Pacto de Toledo para hacer suyo el acuerdo, como si fuera un compromiso electoral propio: "Mantener y mejorar nuestras pensiones por la vía del diálogo social". El siguiente paso, una vez garantizadas en el presente, será "trabajar para hacer lo mismo con los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, y con los que se encuentran en el ecuador de su carrera profesional".
Rajoy recordó que "no hay más garantía para las pensiones y para la protección social que el que haya muchas personas trabajando" y la receta, según él, sigue siendo la misma: "Estabilidad presupuestaria y déficit cero", unidos a reformas estructurales y liberalizadoras.
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Tres son las claves, subrayó, a tener en cuenta: el aumento de la esperanza de vida, el descenso de la natalidad y la incorporación de inmigrantes al mercado laboral. En este momento hay de 800.000 a 900.000 extranjeros que cotizan a la Seguridad Social.
En el mismo acto, bajo el lema Pacto de Toledo, para seguir avanzando, intervinieron el alcalde de Burgos y ex ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio; el actual responsable de ese ministerio, Eduardo Zaplana, y el ex ministro de ese departamento y ahora vicepresidente segundo, Javier Arenas. Éste sostuvo impertérrito que su partido nunca ha utilizado las pensiones como argumento electoral. "Pero no tenemos que ocultar que el sistema está saneado", dijo, después de que los socialistas lo pusieran en riesgo en 1996 "para impedir la alternancia".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003