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Crítica:CANCIÓN

Voz con conciencia

A estas alturas van y le dan un Grammy a Mercedes Sosa: por Acústico, un disco doble grabado en directo en Buenos Aires. Como si necesitara premios para que reconozcamos en ella a una de las grandes voces de América, de esa parte a la que le han robado hasta el nombre.

Estuvo muy malita y la voz es el instrumento más vulnerable a las alteraciones de ánimo y cuerpo. La de la tucumana ha perdido color, aunque nadie ha cantado de forma tan conmovedora Volver a los diecisiete, Gracias a la vida o Alfonsina y el mar.

La Negra vino para cantarle a su gente, como dice la canción. A la ciudad en la que se refugió a principios de los ochenta. Y trajo Grisel, El cosechero y la hermosa Serenata para la tierra de uno, de María Elena Walsh ("porque me duele si me quedo, pero me muero si me voy").

Mercedes Sosa

Mercedes Sosa (voz), Jorge Giuliano (guitarra), Poppi Spatocco (teclados), Carlos Genoni (bajo) y Rubén Lobo (batería). Teatro Coliseum. Madrid, 18 de octubre.

Ilumina chacareras y zambas, aunque a veces se pierda en algún tema liviano. Tampoco ayuda el concepto instrumental elegido. Hay algo de nostalgia en el acto de escucharla a sus 68 años. Muchas heridas aún que curar, las de tanta muerte y sufrimiento; tanto expolio, en ese continente suyo que también es el nuestro.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003