Les escribo esta carta con el fin de poner en su conocimiento un dato importante que puede servir de advertencia a otros conductores que pueden estar a punto de correr la misma suerte que yo. El jueves 2 de octubre me disponía a acudir a mi trabajo cuando tuve un accidente de tráfico en la última salida que hay en Tres Cantos (dirección Madrid), en la M-607.
Para aquellos que no conozcan esta salida, les haré una breve explicación de su ubicación: posee dos curvas, la primera a la izquierda y la segunda a la derecha. Se trata de una bajada, ya que proviene de un puente que cruza la carretera de Colmenar Viejo. A la izquierda hay un terraplén de considerable altura; a la derecha, un muro de hormigón de aproximadamente metro y medio, que separa la plataforma del carril-bici. Esta parte de la carretera tuvo, hasta hace relativamente poco, varios desconchones y agujeros que provocaban continuos saltos en los vehículos que pasaban por allí. Pero aquéllos fueron reparados hace varios meses. La reparación de dichos socavones no fue del todo punto satisfactoria, ya que han vuelto a salir inexplicablemente.
El 30 de septiembre, cuando me disponía a acudir a mi lugar de trabajo, pude ver cómo un coche había volcado en dicho tramo, y cómo otro se había quedado girado en sentido contrario en el mismo lugar. Ambos estaban así en idéntico momento. Varios días después, el jueves 2 de octubre, una hora antes de colisionar con mi vehículo, otro coche perdió el control en dicha curva y se precipitó por el terraplén.
Afortunadamente, el conductor no sufrió herida alguna como pude observar horas más tarde, cuando me encontré con él en el taller. Yo estoy segura de que perdí el control de mi automóvil cuando éste entró en contacto con algún elemento extraño que había en la calzada. Puede que fuera aceite, agua (a pesar de que en aquel momento hacía tiempo que no llovía y el pavimento parecía estar seco), puede que fuera barro, o una mezcla de todo a la vez, ya que el vehículo descrito anteriormente había sido sacado ya del terraplén.
El caso es que no pude hacerme con el dominio de mi automóvil y colisioné contra el muro de hormigón que hay a la derecha, quedándome en sentido contrario al habitual. Un par de horas más tarde, otro coche cayó por el mencionado terraplén, volcando.
Llamé a mi compañía de seguros. Mi coche está asegurado a todo riesgo, por lo que no hay problema alguno, pero mi pregunta era si yo podía, de algún modo, demandar o denunciar al Ayuntamiento de Tres Cantos o, de alguna forma, a la Comunidad de Madrid por los daños causados en mi vehículo y en mi espalda (tengo contracturas que me han obligado a quedarme en casa varios días, además de tener que tomar fármacos contra el dolor). La respuesta fue negativa. No había nada que hacer, no se puede reclamar a nadie.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003