Soy madre de familia numerosa y trabajo a jornada completa en una gran empresa privada. Actualmente, con esta situación, recibo 100 euros al mes por un menor de tres años y podría optar a la jornada reducida hasta que mis hijos cumplieran seis años. Pero lo que tengo claro es que, para mantener unas razonables expectativas laborales y un nivel de vida normal compaginándolo con una vida familiar, las medidas del Gobierno son insuficientes e ineficaces.
Probablemente, algo tan simple como promover una mayor flexibilidad del horario o pequeñas reducciones de jornada en las empresas ayudaría a cubrir los déficit actuales y así poder disfrutar con nuestros hijos y prestarles, nosotros mismos, más ayuda y atención en el día a día incluso cuando sobrepasan la edad de seis años, que es justo a partir de esta edad cuando más nos necesitan.
En cuanto a lo de ser familia numerosa, a todos aquellos que se lo estén pensando, me gustaría decirles que es un verdadero chollo: algo de descuento en el zoo, en el transporte ferroviario, en la factura del agua si tienes tiempo para ir todos los meses a pedirlo o, ¡la última gran medida!, en el impuesto de matriculación de coches nuevos. ¡Anímense! Que, gracias a estas ayudas, la pirámide de la población, de lo invertida que estará en unos años, va a caer por su propio peso. Y por último, lo más preocupante es que, a pesar de todo ello, los políticos ni se acuerdan de estos temas incluso estando, como es el caso de Madrid, en plena campaña electoral.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003