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VISTO / OÍDO

Diputado en jueves

Los viernes se fueron haciendo sábado; los jueves se van haciendo viernes, y los amantes del ocio ya huelgan el jueves (perdón por la palabra, tan roja). Los diputados holgaron, sobre todo los del PP -más ricos- y se quedaron sin aprobar modificaciones a la prisión preventiva, a las muestras de ADN obligatorias, a un archivo de sospechosos. Es natural que un diputado se ausente de su puesto de trabajo: él mismo se considera poco útil. Vale para votar. La política es de los jefes. O de sus sucesores: Rajoy recibe ahora el rendibú de los suyos, y a su vez hace rendibú a su Creador. El tipo es amable, humorista y sonriente, aunque de ninguna manera quiera tener un debate con Zapatero, ni Esperanza Aguirre con Simancas. No es por miedo: es que, en casa, no hablan con el servicio, y menos si es respondón. España es suya y los inferiores quieren tomarla; con ésos ni se habla. Se les despide, o se manda al administrador y a los guardaespaldas -Tamayo, Sáez- a despedirles. Es la historia de España. Cuando éstos se la quitaron a los moros y se la repartieron montaron ideas, fueros, leyes, códigos y todo lo demás, y de ello viven.

Al cabo de los siglos, y después de acontecimientos con derramamiento de sangre (roja), se ha ido avanzando, y cito a Rosa Luxemburgo: "El camino del socialismo está empedrado de derrotas": pero es un camino que sigue adelante. Hoy es el sistema de los diputados el que domina: pueden marcharse el jueves, en el que se trataba de una cuestión de presos, gente ruin. Algunos me dicen que quiero que desaparezcan las cárceles, y es verdad: como aquel asalto a la Bastilla en París un 14 de julio, fiesta nacional; pero no explican bien que lo que quiero es que desaparezca el delito. Que nadie necesite expoliar a otro, robar el pan, ser ecónomo de Valladolid. Otra cosa.

(Rendibú: del francés rendez-vous, reverencia: "Acatamiento, agasajo que se hace a alguien, por lo general con la intención de adularlo" (Academia). Rosa Luxemburgo, socialismo: la palabra socialismo no indicaba en 1919 lo que ahora son Zapatero y Simancas. Rosa era revolucionaria: la mataron los militares al día siguiente de publicar las palabras citadas: era una democracia, y una república: la de Weimar).

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de octubre de 2003