Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Diez palestinos muertos en una oleada de ataques de Israel sobre la franja de Gaza

Al menos un centenar de civiles resultaron heridos por bombardeos y ataques con cohetes

Israel desencadenó ayer a lo largo del día sobre Gaza una oleada de ataques aéreos sin precedentes en la historia de la Intifada, provocando la muerte de 10 palestinos, entre ellos cuatro supuestos responsables del ejército secreto de Hamás, e hiriendo a cerca de cien civiles. Las agresiones causaron la inquietud y preocupación de Estados Unidos, que ayer noche envió un mensaje al primer ministro israelí, Ariel Sharon, conminándole a que no adoptara medidas contraproducentes susceptibles de empeorar la situación, y que retire asimismo las amenazas de eliminar o expulsar a Yasir Arafat al extranjero.

Helicópteros de combate Apache y cazabombarderos F-16 llevaron ayer, en poco menos de doce horas, seis operaciones de castigo sobre Gaza. La primera se inició a las ocho de la mañana cuando los aviones dispararon sobre un supuesto arsenal de armas artesanales, situado a poco menos de 200 metros del domicilio de uno de los dirigentes de la Yihad Islámica, Abdulla Shami, quien salió milagrosamente ileso de la agresión.

Pocas horas más tarde, a media mañana, la aviación israelí lanzaba un segundo ataque mortal contra una camioneta en la que viajaban dos responsables de las Brigadas de Ezzedine al Kasam, la milicia de Hamás, quienes transportaban un vehículo material explosivo que habían conseguido salvar del ataque anterior. Los activistas murieron en el acto junto con un viandante que se encontraba ocasionalmente por la zona. Asimismo, resultaron heridas una treintena de personas, entre ellas cuatro niños con edades que oscilan entre los dos y los cuatro años, y una anciana de setenta.

Decenas de vehículos, comercios, apartamentos, una escuela y una guardería del centro de Gaza fueron dañados por las explosiones.

Pero la más sangrienta y brutal de las operaciones aéreas llegaría a última hora de la noche sobre el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la zona de Gaza, cuando un helicóptero lanzó un misil sobre un vehículo en el que viajaban tres activistas de Hamás. Minutos más tarde, cuando numerosos vecinos trataban de ayudar a las víctimas, el helicóptero volvió a la zona del atentado para arrojar sobre la multitud dos nuevos proyectiles, ocasionando un total siete muertos y más de setenta heridos.

Portavoces de los hospitales de Gaza aseguran que numerosos heridos se encuentran entre la vida y la muerte, por lo que se teme que el número total de víctimas pueda incrementarse ostensiblemente en las próximas horas.

Venganza

Los ataques habían sido ordenados por el primer ministro, Ariel Sharon, como venganza por la muerte de tres soldados, acaecida la noche anterior en los alrededores del asentamiento de Ofra, cerca de Ramala, por los disparos de un comando de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Sharon prometió, sin embargo, más represalias y finalizó el día con un nuevo ataque verbal contra el presidente palestino, al que acusó de ser el principal obstáculo para una paz, y amenazó de nuevo con "quitarlo de en medio" sin especificar si pensaba asesinarlo o expulsarlo a un país extranjero.

"Perseguiremos a los terroristas en todos los lugares", concluyó Sharon en su discurso de 40 minutos ante el Parlamento, al tiempo que anunciaba la firme decisión de acelerar la construcción del muro de separación entre Cisjordania e Israel, especialmente en el área de Jerusalén, a pesar de las protestas que esta construcción está suscitando en la comunidad internacional, incluido Estados Unidos.

Las operaciones de la aviación israelí han movilizado a la plana mayor de las organizaciones radicales, especialmente Hamás y Yihad Isámica, que advirtieron desde Gaza y Beirut su intención de coordinar una contundente respuesta contra el enemigo sionista. El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, Abu Alá, como si intentara eludir la nueva espiral de violencia, anunciaba por su parte desde Ramala su intención de convocar elecciones presidenciales y legislativas para el próximo mes de junio, en un esfuerzo por acelerar el proceso de reformas democráticas y salir de la crisis institucional originada por la enfermedad del presidente Yasir Arafat.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de octubre de 2003