La relación entre Raynald Denoueix y la plantilla que dirige no pasa precisamente por un momento dulce. La pasada semana, el técnico francés decidió hacer pública un día antes del partido la alineación que jugaría contra el Albacete. Aquella decisión tenía algo de aviso a navegantes. Consideraba Denoueix que había futbolistas que filtraban información a los medios de comunicación, así que optó por dar un golpe de efecto.
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Ayer, ante el Juventus y en el mismísimo Delle Alpi, el técnico realista consideró oportuno dejar en el banquillo a Nihat, que compartió el tiempo de espera, entre otros, con De Pedro. Tras el resultado final, ese 4-2 que destroza la buena racha que la Real mantenía en la competición europea, en la que había ganado sus dos partidos, algunos miembros de la plantilla pusieron en solfa la sorprendente decisión de su entrenador.
Y el que más lejos llegó fue el guardameta Westerveld, el mismo que tuvo que recoger cuatro veces el balón de su portería. "Cuando no jugamos con nuestro mejor equipo, y enfrente está uno de los mejores conjuntos del mundo, no hay ninguna posibilidad de que podamos ganar", se atrevió a proclamar el holandés, que no se quedó ahí: "Creo que faltaban nombres importantes, y no sé porqué. Estoy muy fastidiado. Hemos salido dormidos al campo y a los seis minutos [momento en el que el Juventus marcó su segundo gol] ya había acabado todo".
Más conciliador estuvo Aranzabal, que prefirió repartir las culpas entre los futbolistas. "Nos hemos metido en el partido muy tarde, y cuando lo hicimos ya estaba todo perdido. En esta plantilla todos los jugadores están capacitados para jugar", declaró el capitán.
Algo tenía que decir Denouix sobre el planteamiento que hizo del partido. El francés justificó así la ausencia de Nihat en el equipo inicial: "Tenemos muchos partidos cercanos y tiene problemas físicos. Ha sido una elección mía que quizás no ha sido la justa", comentó. "Evidentemente cuando entró Nihat ya no había partido. Con 4-0, la Juventus nos dejó el honor de dejarnos jugar", concluyó el apesadumbrado técnico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de octubre de 2003