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ELECCIONES EN CATALUÑA | Los candidatos a la Generalitat

El candidato del PSC descarta pactar con CiU

El PSC no pactará con Convergència i Unió (CiU) tras las elecciones ni siquiera si el PSOE necesita al partido nacionalista para llegar a La Moncloa. Con esta contundencia se definió ayer el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat en el Aula El PAÍS. Maragall subrayó que la esencia del cambio que propugna es precisamente "cambiar de personas" después de 23 años de Gobierno nacionalista y que, por tanto, considera que no tendría ningún sentido pactar con Convergència.

El dirigente socialista admitió que se ha extendido entre determinados sectores sociales que los partidos se pelean en campaña pero que después acaban pactando. No obstante, fue tajante al descartar un eventual acuerdo poselectoral tras las elecciones entre socialistas y convergentes: "Si quieren hacer un Gobierno, que lo hagan, pero yo no estaré en un Gobierno en alianza con Convergència", afirmó.

Maragall incluso cerró completamente la puerta a la posibilidad de aplazar la formación del Gobierno catalán hasta conocer los resultados de las elecciones generales de marzo, con independencia de cuáles sean los intereses del PSOE. Esta actitud contrasta con la ambigüedad calculada con la que Maragall se expresó en la pasada campaña para las municipales, que según algunos sectores del partido provocó una fuga de votos hacia los otros partidos de izquierdas.

El presidente del PSC dejó ayer claro que si obtiene el respaldo necesario para formar gobierno, tratará de formar el Ejecutivo inmediatamente, y sin contar con CiU: "De lo que hablamos seriamente es de qué Gobierno formaremos y no lo formaremos con Convergència i Unió", repitió en varias ocasiones. "Conviene que la gente que está no esté y que estén los que ahora no están", insistió antes de subrayar que una de las "virtudes" de la democracia es cambiar de personal".

Otra cosa es la colaboración con CiU situada en la oposición, que Maragall dio por sentado como consecuencia del debate sobre la reforma del Estatuto: "Con Convergència i Unió si podemos, que espero sí podremos, haremos el Estatuto, y el clima entre ellos y nosotros habrá cambiado después con toda certeza", aventuró el dirigente socialista.

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat advirtió de que la campaña de CiU trata de confundir con el asunto de la inmigración: a su juicio, los nacionalistas dicen que Maragall propugna "papeles para todos" los inmigrantes cuando los socialistas reclaman controlar los flujos migratorios y aumentar las inversiones en los barrios más conflictivos. "A algunos de la derecha nacionalista catalana les gustaría que aquí [en estos barrios conflictivos] reaccionaran como ha sucedido con la extrema derecha en Suiza", dijo Maragall. Y añadió: "Yo digo que en estos barrios tenemos que gastar mucho más porque nos la jugamos como país".

Las palabras de Maragall causaron gran malestar en CiU. El conseller en cap y candidato nacionalista a la presidencia del Generalitat, Artur Mas, denunció que el dirigente socialista se guiaba por una "tremenda hostilidad" hacia Convergència. El secretario general de la federación, Josep Antoni Duran, consideró que Maragall "vuelve a patinar". A su juicio el auge de la extrema derecha perjudica a todos los partidos democráticos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 22 de octubre de 2003