Como demandante de mejora de empleo, el pasado 28 de julio fui convocada a una oferta del Instituto Andaluz de la Mujer para un puesto de gestora del programa Óptima. Para ello se me solicitó presentar mi currículum en dicho organismo el día 4 de agosto. Dado que mis vacaciones comenzaban el día 1 de dicho mes, solicité al IAM entregar el currículum con anterioridad a dicha fecha, respondiéndoseme que tal pretensión era inviable, ya que la cita del día 4 era también para realizar una entrevista personal.
Tras interrumpir mis vacaciones y volver a Sevilla, un perplejo funcionario me informa de que la convocatoria ya está cubierta. No sin insistir consigo entregar el currículum, a la vez que se me informa de que las entrevistas tendrán lugar en un momento posterior aún por concretar.
En septiembre soy telefónicamente convocada a la tan esperada "entrevista personal", a celebrar el día 1 de octubre. Durante las casi dos horas que espero pacientemente a ser recibida, me entero, a través de los comentarios de otras dos candidatas, de que no vamos concurrir a una entrevista personal, sino a una prueba oral teórica sobre los contenidos del programa Óptima, que, a diferencia de otros aspirantes, no había tenido opción alguna a preparar.
Puesta en conocimiento del tribunal tal circunstancia, lo único que alegan es que "a todos los que han llamado para solicitar información se les ha dicho en qué consistía la prueba". ¡Craso mi error de entender a la primera el concepto "entrevista personal al uso" y no llamar para ampliar información!
Ni siquiera los representantes del comité de empresa, allí presentes, garantes de los derechos de los trabajadores, pusieron objeción alguna a que se continuara con el proceso de selección en tales circunstancias. ¿Será ese el tipo de igualdad de oportunidades de acceso al empleo que pretende implantar el Óptima?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de octubre de 2003