Muy a menudo nos confunden y conmueven ciertas noticias que aparecen en los medios de comunicación y que tienen que ver con el deporte. Vemos cómo se suspenden partidos de fútbol por haber arrojado al campo toda clase de objetos contundentes por haber herido al árbitro y a veces hasta los mismos jugadores.
Hay disputas y peleas entre los distintos seguidores más aferrados a los clubes, hasta llegar a las manos por los más extremados y violentos. Siempre son malas noticias como la que acaban de divulgar, que después de un partido de fútbol, han tenido una reyerta y en la misma ha fallecido un persona por la soberana paliza que le dieron; esto es ya inaceptable e incomprensible por cualquier persona con sentido común, ya que se sale fuera de los límites de la sensatez.
Después de lo ocurrido nos podemos hacer una serie de preguntas y reflexiones, ya que el fútbol se está pasando de castaño oscuro; mejor dicho, las personas son las que pierden los estribos y se saltan a la torera todas las barreras y normas de educación, modales y sensatez.
¿Esto qué es, deporte, fútbol, o más bien gamberrismo y salvajismo...? ¿Cómo es posible que el deporte que es bueno, agradable y sano, recomendado para la salud, lo hayamos convertido en negocio con socios, personas simpatizantes y, lo peor, seguidores exaltados, desmesurados y algunos de ellos violentos?
¿Hasta dónde se puede y vamos a llegar? ¿Qué está fallando?
El problema cada día es más gordo y hay que solucionarlo de una vez por todas, pues no corresponde solamente al Gobierno, sino también a todo el conjunto de directivos de los clubes de fútbol, que han de colaborar para que se cumplan las normas estrictas dentro y fuera del campo o estadios.
Ya se ve que cuando los seguidores de un club son excesivamente tercos y desmesurados, pierden el juicio en las discusiones descontrolándose sin tener límites y por lo tanto hay que tomar unas medidas adecuadas al respecto.
Las autoridades competentes además de castigar severamente a los culpables de tales altercados, tendrán que imponer también sanciones a los clubes que han sido objeto, aunque indirectamente, de la contienda o pelea, ya que de esta forma se rebajarán de alguna manera las ideas y ánimos de los seguidores con genio iracundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de octubre de 2003