Pedro Luis Ferrer, de 51 años y discografía breve, es todo un personaje de la música cubana. Abrió el recital con Ciento por ciento cubano, profundamente cubano, guste o no a los de La Habana y Miami. No es la suya una visión complaciente de la situación en la isla; tampoco se deja obnubilar por la otra orilla. La canción Abuelo Paco trata de uno de sus abuelos, que construyó un edificio para toda la familia y no admitía cambios. El pueblo cubano se la endilgó a Fidel Castro: "Aunque sepas que no, dile que sí; si lo contradices, peor para ti".
Su repertorio lo copan esas guarachas que nacen de situaciones jocosas o tragicómicas como Carapacho pa'la jicotea o Inseminación artificial. Y tiene títulos como el Romance de la niña mala, Mario Agüe -que llegó a cantar la mismísima Celia Cruz- y Ay, Mariposa, que compuso hace treinta años y se usó recientemente en la banda sonora de Antes que anochezca.
Pedro Luis Ferrer
Clamores. Madrid, 24 de octubre
Pedro Luis Ferrer Montes, natural de Yaguajay, antigua provincia de Las Villas, es uno de los trovadores cubanos importantes. Y en su trova no anda lejos la décima campesina. Las cifras no cuadran para poder viajar con su grupo, así que camina en compañía de su hija Lena, que, con gripe, bastante hizo con prestarle algunas segundas voces. Una de ellas para una hermosa canción de amor: Qué misterio hay en ti. También contó con el apoyo de Guillermo Pompa, un buen tresero que se dedica en Madrid a otros menesteres.
Habla casi tanto como canta. Recita poemas, lee pequeños textos como el soneto a su amigo Raúl Rivero y toca la guitarra con solvencia. Recordó haber cantado a favor de esa Revolución en la que ha creído y reivindicó el derecho a disentir, y no sólo en Cuba. Cantó Aquí todo es de Fidel, por la impronta de éste en la vida de todos los cubanos desde 1959. Y dejó caer, socarrón, que él parece ser de Fidel, pero que las apariencias engañan. Lo mismo cuenta sus tropiezos con burócratas del régimen que constata que los artistas cubanos de Florida no han escrito una línea sobre los problemas en Estados Unidos. Defiende a ese ciudadano al que, por todas partes, le quieren cercenar la mente o el corazón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 26 de octubre de 2003