Xabier Arzalluz, presidente del PNV, mostró ayer su enfado contra el presidente del Gobierno, José María Aznar, por haber asegurado la víspera que su propuesta para la libre adhesión de Euskadi al Estado está cimentada sobre las 1.000 víctimas mortales de ETA. El líder peneuvista acusó a Aznar de "calumniar" al lehendakari Ibarretxe por sostener esa idea y dijo que si "en este país funcionara la justicia" habría que interponer una querella de inmediato. Pero, según el veterano dirigente nacionalista, en España "la separación de poderes no existe" y "estamos entrando en un estado de excepción". Arzalluz encuadró las iniciativas legislativas de la Ley de Partidos y los posibles cambios para endurecer el Código Penal como una legislación específica "para los vascos". "Están pensando en Euskadi, no en Andalucía o en Madrid [con esas leyes]", en la "excepción", como se hacía "en los tiempos de Franco".
El presidente del PNV se desdijo ayer de sus intenciones de hacer pública esta semana su previsible renuncia a la reelección como líder de los peneuvistas y volvió a situar la decisión en el horizonte del final de la primera vuelta del proceso electoral del PNV, el 15 de noviembre. Argumentó que considera una "fatuidad" decir si acepta o no antes de que sea nombrado por las bases, aunque de hecho ya lo está porque son más de tres las juntas locales que le han propuesto.
El dirigente del PP Jaime Mayor vaticinó que la "negociación" entre PNV y ETA "no va a ser sobre un proyecto político, como en Estella, sino sobre un futuro Gobierno, un reparto del poder político", el "reagrupamiento definitivo" de todo el nacionalismo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 29 de octubre de 2003