La Consejería de Territorio y Vivienda, que dirige Rafael Blasco, dispondrá de un total de 255,8 millones de euros, y crece fundamentalmente en inversiones reales (3,5%) y transferencias de capital (8,0%). La vivienda y los proyectos urbanos concentran el grueso del presupuesto, con 132,9 millones de euros. Las cuentas marcan como objetivo prioritario ejecutar los planes de acceso a la vivienda prometidos por el PP. Se relegan así a un segundo plano políticas como la de residuos, que se incluye en el capítulo de calidad ambiental con 21,2 millones de euros (un 11,37% menos que en 2003). También habrá menos dinero para programas de restauración y protección de recursos naturales, pero subirá el gasto en el capítulo de la contaminación atmosférica y acústica, el control de la calidad del agua y la formación medioambiental.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2003