Llevo años luchando contra el reglamento electoral vigente en España. Me pregunto si no es el único país en el mundo donde no se permite al elector votar con su propia mano. Mucha gente considera que no tiene importancia. Yo pienso que sí y no soy la única.
Hasta ahora, en muchas votaciones, me han concedido votar personalmente. Pero el pasado domingo no. Casi me voy sin votar, pero he cedido para ejercer mi derecho (un derecho sesgado). Estoy muy enfadada y sin ningún poder contra este reglamento. Le escribo porque pienso que la prensa puede conseguir cambios. Curiosamente, hasta los carteles que representan el acto de votar muestran la mano del elector depositando su sobre en la urna.
Creo que, después de más de 25 años de democracia, es hora de votar en España como en cualquier democracia y de considerar a los electores como adultos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2003