Suena fuerte, ¿verdad? Eso mismo pensarían muchas personas al leer en la prensa este titular: "El Gobierno vasco quiere prohibir a las parejas de más de 40 años adoptar bebés". El Consejo General del Poder Judicial advierte de que se debe suprimir del anteproyecto de la Ley de Atención a la Infancia y a la Adolescencia, entre otros, el requisito de que la diferencia de edad máxima entre el solicitante y el adoptado sea de 40 años en el momento de emitirse el certificado de idoneidad. Esta restricción no es algo que amenace con imponerse en el País Vasco como una novedad. Es, desde hace tiempo, una generalizada realidad en muchas comunidades autónomas (La Rioja, Galicia, Madrid, Castilla y León, Asturias, Canarias, Navarra).
La oposición a esta medida no la basa el CGPJ sólo en razones jurídicas, sino también en razones sociales al reconocer que con ello se produciría -de hecho ya se produce- "una discriminación por razón de edad no justificada de forma objetiva y razonable, de acuerdo con criterios y juicios de valor generalmente aceptados". Se alude a cómo la realidad demuestra que cada vez es más normal encontrar personas que son padres o madres por primera vez con más de 40 años.
Resulta gratificante que nada menos que el órgano de gobierno del poder judicial se pronuncie en este sentido sobre algo que las familias adoptantes hemos denunciado muchas veces, sin que las autoridades autonómicas con competencia en la materia acojan nuestra reivindicación. Ojalá el toque de atención del CGPJ sea atendido y dejen
de marcarnos límites que la propia naturaleza no impone.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 30 de octubre de 2003