El año pasado pusimos placas solares térmicas. Apostamos por una energía limpia que sustituía en parte al gasóleo, cuyo uso contribuye al efecto invernadero. Sabíamos que no sería rentable, pero confiábamos en la subvención que la Generalitat otorga a estas instalaciones. En dos años consecutivos nos las han denegado "por haberse agotado la dotación presupuestaria".
No hemos podido saber el criterio utilizado para conceder las subvenciones, ni a quién han sido concedidas, ya que no han sido publicadas las listas a pesar de que la convocatoria obliga a ello.
Nos sentimos engañados porque las ayudas a particulares e instituciones sin ánimo de lucro es insuficiente y el procedimiento de concesión, arbitrario y falto de transparencia. ¿Es ésta la manera que tiene la Generalitat de promover el uso de las energías alternativas?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de octubre de 2003