El tenor italiano Franco Bonisolli, miembro de la Ópera de Viena, falleció el miércoles 29 de octubre, a los 66 años en Mónaco, donde vivía, informó ayer su familia.
Nacido el 25 de mayo de 1937 en Rovereto, su primer triunfo en Italia le llegó en 1961 en el Festival de Spoleto, donde debutó en La rondine, de Puccini, antes de participar en 1963 en La Traviata, de Giuseppe Verdi, dirigida por el cineasta Luchino Visconti. A partir de ese momento, Boniselli comenzó su carrera internacional: inició su colaboración con la Ópera vienesa en 1968, cuando crea La lámpara de Aladino, de Nino Rota, en la presentación en Nápoles. Además fue invitado habitual del Metropolitan de Nueva York, La Scala de Milán o la Ópera de París, donde se recuerda especialmente su interpretación de Arrigo en las Vísperas sicilianas, de Verdi, en 1974.
Tras haber cantado todo el repertorio italiano, Bonisolli se especializó en papeles más dramáticos de tenor italiano, como el Manrico de Il Trovatore, sobre todo con Herbert von Karajan en un festival de Salzburgo; el Radamés de Aida y Otello, para los cuales estaba magníficamente dotado en opinión de los expertos. También interpretó repertorio francés e intervino en el Manon de Massenet y el Fausto de Gounod.
Su primera actuación en América fue en la Ópera de Dallas con La Traviata, de Verdi, al lado de Montserrat Caballé, en 1965. Después cantaría en San Francisco en 1969 y en el Metropolitan de Nueva York en 1971.
Aunque no alcanzó la carrera triunfal de sus colegas contemporáneos, consiguió notoriedad con su temperamento bastante fuerte y protagonizó un gran revuelo con un incidente en una representación de Il Trovatore, bajo la dirección de Herbert von Karajan en la Ópera de Viena en 1978. Franco Bonisolli también grabó numerosos discos con la discográfica EMI. Su última actuación fue precisamente en Viena, en el año 2000, interpretando al Manrico de Il Trovatore, de Verdi.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2003