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Atacada por cuarta vez la obra de Oteiza sita en la frontera entre Francia y España

El mundo abertzale radical no respeta ni siquiera el arte vasco. El monolito del escultor Jorge Oteiza que separa la frontera entre Francia y España en el puente internacional de Santiago (Irún/Hendaya) amaneció ayer teñido de pintadas reivindicativas. Y no es la primera, sino la cuarta vez tras su restauración en julio de 2001 por los destrozos causados por unos desconocidos. En esta ocasión, escribieron "Lapurdi" en una de cara de la obra en la que se leía "Francia". En la otra, ocultaron "España" tras "Gipuzkoa".

El monolito, de un metro de altura y tallado en piedra rojiza, fue colocado poco después de la inauguración del puente de Santiago en 1966 para delimitar los ámbitos territoriales entre Francia y España, tal y como se explica en la propia talla. La iniciativa fue del entonces Ministerio de Obras Públicas, a través del ingeniero y futbolista internacional del Real Madrid René Petit, quien mantenía relaciones de amistad con Jorge Oteiza y participó en el proyecto de construcción del puente.

El sabotaje coincidió ayer con la apertura al público de la casa taller del escultor oriotarra, ubicada junto al Museo que custodia su obra en Alzuza (Navarra). Allí se muestra su faceta más humana.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de noviembre de 2003