El crucero británico Aurora llega hoy a Gibraltar, última escala de un viaje maldito, marcado por un brote vírico que ha enfermado a más de una cuarta parte de sus 1.900 pasajeros, a los que las autoridades griegas, italianas y croatas han impedido desembarcar en sus puertos. Las autoridades gibraltareñas confirmaron anoche que dejarán atracar al Aurora y que sus médicos subirán al crucero para decidir si autorizan el desembarco de los pasajeros y tripulantes sanos.
Las autoridades sanitarias de Gibraltar esperan para esta mañana la llegada al puerto del Peñón del crucero de bandera británica Aurora, en el que viajan los afectados por el virus Norwalk. La enfermedad, que se transmite a través del agua, los alimentos o el contacto personal, causa fiebres altas, vómitos y diarreas. Y también, por su posible contagio, el recelo de los responsables de los puertos de El Pireo (Grecia), Venecia (Italia) y Dubrovnik (Croacia), que impidieron en escalas anteriores el desembarco de pasajeros.
Según informaron ayer fuentes portuarias gibraltareñas, el barco, en el que viajan 1.900 pasajeros y 837 tripulantes, llegará a la Bahía de Algeciras alrededor de las 8.00 y será conducido por los prácticos del puerto gibraltareño hasta el muelle norte, al tratarse de un buque de gran envergadura. Una delegación del Departamento de Salud Pública, encabezada por su director, Vijay Kumar, analizará la evolución de la enfermedad en el mismo barco y tomará una decisión sobre si deja bajar a tierra a los que están sanos, algo que les fue prohibido en los tres puertos anteriores. Fuentes próximas al Gobierno español, que asegura estar informado en todo momento de lo que ocurre en el Aurora, indicaron que el número de enfermos se eleva a 521.
No obstante, las autoridades gibraltareñas insistieron en que desde el trasatlántico las noticias que llegan hablan de la mejoría de la mayoría de los pasajeros. Así, el Ejecutivo gibraltareño aseguró a última hora de la tarde de ayer que aún quedaban a bordo una treintena de personas con vómitos y diarreas, y que sólo once casos podían considerarse graves. El resto de los enfermos había experimentado una importante mejoría tras habérsele aplicado un tratamiento de reposición de líquidos y un programa de máxima higiene.
El Aurora, a pesar de la situación que se vive a bordo, no ha variado en nada la ruta fijada antes del 20 de octubre, día en el que partió de Southampton (Reino Unido), ya que las escalas previstas en Palma (España), Venecia (Italia), Dubrovnik (Croacia) y el puerto griego de El Piero, se realizaron, aunque los turistas que disfrutan del viaje no fueron autorizados a bajar a tierra. Los enfermos serán tratados en el barco y permanecerán en el mismo hasta que curen, o hasta que el crucero decida poner rumbo a Southampton y concluir el viaje.
La enfermedad que afecta a pasajeros y tripulantes del crucero británico tiene un origen desconocido, por lo que las autoridades sanitarias gibraltareñas mantendrán el barco aislado hasta que no se concrete dónde se encuentra el origen del mismo, si en algunos alimentos ingeridos, en el agua o en algunas de las personas que pudiesen haber embarcado con la enfermedad.
La Capitanía Marítima del puerto de Algeciras se mantendrá hoy en alerta ante nuevas decisiones que pudiesen adoptar los responsables de la salud pública en Gibraltar, aunque el Gobierno español aún no se ha pronunciado oficialmente sobre una eventual participación en el tratamiento que se va a dar a los viajeros del Aurora una vez que llegue el barco a la Bahía de Algeciras.
Distintas instituciones del Campo de Gibraltar insistieron este fin de semana en la necesidad de auxiliar a los tripulantes y pasajeros del barco británico, apuntando incluso la posibilidad de habilitar los hospitales del Servicio Andaluz de Salud en la zona para atender a los enfermos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de noviembre de 2003