Bastantes problemas reales de convivencia y tolerancia tenemos en nuestro país como para tener que buscarlos donde no los hay. El PSE critica el documento de la consejería de Educación que da la consideración de "inmigrante" a alumnos procedentes de otras comunidades autónomas. La consejera "está absolutamente inhabilitada y no es capaz de cumplir con el cometido y las funciones encomendadas a su cargo", dice el PSE. El secretario de Estado de Justicia, Rafael Catalá, está estudiando la posibilidad de interponer un recurso contencioso-administrativo.
Inserto las palabras "inmigrante" y "comunidad autónoma" en un buscador de Internet y me salen docenas de documentos oficiales del Estado y de otras comunidades autónomas gobernadas por todos los partidos en que se emplea el término "inmigrante" en idéntico sentido. Se trata de una investigación gratis y de 10 segundos que no han podido o querido hacer ni el PSE ni el secreatario de Estado antes de invitarnos al escándalo.
¿Va a pedir el PSOE la dimisión de Rodríguez Ibarra ya que la consejería de Bienestar Social de Extremadura habla en sus informes de "inmigrantes procedentes de otras comunidades autónomas y del extranjero"? ¿Va a denunciar el secretario de Estado de Justicia a Ruiz Gallardón dado que el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid dice que "las emigraciones desde la Comunidad de Madrid a otras comunidades autónomas son 52.172"? El mismo INE emplea así el término: "En 1996, Madrid fue la comunidad que acogió a un mayor número de inmigrantes procedentes del resto de las autonomías españolas".
El fiscal general del Estado dice que que el texto es "inconstitucional"; ¿sólo en el caso de que lo firme un consejero vasco? Aznar dice que es una "monstruosidad"; ¿sólo cuando emplean el término funcionarios del Gobierno vasco? Son grandes y graves palabras vaciadas de sentido, prostituidas.
¿Son Ibarra, Gallardón o Rato judicialmente perseguibles o están inhabilitados para ejercer su puesto? Por favor, no crispemos, ni enfrentemos. No inventemos más problemas. Son muchos y graves los que ya tenemos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de noviembre de 2003