La resistencia iraquí protagonizó ayer el golpe más sangriento contra las tropas de Estados Unidos desde que comenzara la guerra el pasado mes de marzo. Un misil derribó un helicóptero Chinook, especializado en transporte de tropas y con 57 militares a bordo, cuando volaba hacia el aeropuerto de Bagdad. Al menos 15 soldados murieron y otros 21 resultaron heridos en una acción que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, calificó de "terrible". Un segundo misil falló en su objetivo de derribar otro helicóptero.
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La mayoría de soldados había salido de Camp Ridgway, una base estadounidense al oeste de Irak, para disfrutar de un permiso después de medio año fuera de sus casas. "El ataque está siendo investigado", se limitó a comentar un portavoz militar estadounidense en Bagdad tras confirmar el incidente. Fuentes iraquíes manifestaron que el misil utilizado por los insurgentes podría ser un Strella, una variante del Sam soviético, que se dispara desde el hombro y sigue la huella de calor de las aeronaves.
El número total de bajas estadounidenses ayer en Irak se elevó a 22 , ya que otras acciones de la resistencia en Bagdad y sus alrededores se cobraron cinco militares muertos y en Faluja fueron asesinados dos empresarios. Esta escalada se produjo un día después de que el jefe militar de las tropas de ocupación de EE UU, Ricardo Sánchez, calificara de "insignificante" el aumento de los ataques. El responsable del Pentágono, Donald Rumsfeld, manifestó que días como el de ayer son "trágicos pero necesarios". El ex presidente de EE UU Bill Clinton dijo en una conferencia de prensa que hay que conceder más protagonismo a la ONU en Irak, en especial en asuntos de seguridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 3 de noviembre de 2003