El Gobierno de Brasil, liderado por el carismático Luiz Inácio Lula Da Silva, lanzó ayer por decreto una sorpresiva reforma fiscal que, entre otras modificaciones, aumenta la carga impositiva sobre todos los bienes consumibles importados.
El decreto gubernamental número 135, firmado por Lula el pasado viernes por la noche y publicado en la tarde de ayer, dispone una subida del 3% al 7,6% del tributo llamado cofins (contribución para el finaciamiento de la seguridad social), y establece que paguen ese impuesto todos los productos importados que no sean bienes de capital, algo que hasta el momento no ocurría. La medida afectará, a partir de su entrada en vigencia el próximo 1 de enero, a todas las importaciones que se hagan en Brasil.
Estos cambios, considerados por los funcionarios del Gobierno brasileño como "complementarios" de la amplia reforma fiscal que debe ser votada en el Parlamento, tendrán un considerable efecto sobre toda la cadena de pagos, ya que los analistas estiman que las empresas importadoras trasladarán el aumento a los precios finales que paga el público. Arno Agustín, secretario adjunto de Economía, señaló que el Gobierno aguarda recaudar unos 1.200 millones de euros más con esta medida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de noviembre de 2003