La cumbre hispano-alemana de Berlín inaugura una intensa semana europea del jefe del Gobierno que, en la apretada agenda internacional que desarrolla para ceder protagonismo interior al nuevo candidato del PP, Mariano Rajoy, ha dispuesto para los próximos días las citas anuales bilaterales con Francia y Portugal. Semejante concentración de cumbres no tiene precedentes. Aznar estará el jueves en Carcason, en el sureste de Francia, para reunirse con Jacques Chirac, y el viernes y sábado en Figueira da Foz, a mitad de camino entre Lisboa y Oporto, donde se entrevistará con José Manuel Durao Barroso. Le seguirá la corte habitual de ministros que participa en estos encuentros previstos por los Tratados de Amistad y Cooperación respectivos, con el consiguiente riesgo, dada la acumulación de citas, de que alguien confunda los problemas del AVE Madrid-Lisboa con los del Madrid-Perpignan, pues los transportes de pasajeros y energía son temas constantes de las relaciones con estos vecinos.
Las divergencias sobre la construcción de Europa y el conflicto de Irak volverán a aparecer en la cita francesa. Dos semanas después, será el turno del Magreb, ya que el Gobierno tiene previsto celebrar sendas cumbres con Argelia, que será la primera, y Marruecos. Deberían celebrarse a finales de noviembre y primeros de diciembre, respectivamente, aunque la fechas no terminan de cerrarse y las relaciones hispano-marroquíes siempre portan la amenaza de que el aplazado encuentro no se realice.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de noviembre de 2003