Cada uno a lo suyo. La consejera, destacando los programas que crecen, y la oposición, denunciando la reducción de otros, cuando no su desaparición. Así transcurrió ayer por la tarde la comparecencia, ante la Comisión de Economía de las Cortes, de la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, para explicar sus presupuestos para 2004. Nada extraño, por otra parte. De Miguel se extendió en explicaciones acerca de las partidas que crecen -destacó algunas que suben porcentualmente de forma espectacular, aunque en términos absolutos supongan sólo unos miles de euros- y obvió referirse a otras. Y la oposición se lo recriminó.
La consejera destacó el "gran esfuerzo" y los "progresos" que el PP ha propiciado en la materia, anunció diversos proyectos e informes -entre ellos un plan de infraestructuras de recursos asistenciales- y acusó a la oposición de continuar instalada "en el discurso catastrofista".
Nuria Espí, del PSPV, afirmó que las cuentas reflejan "la intención de privatizar y de acabar con los centros públicos", porque sube el gasto corriente y bajan las transferencias, y puso de relieve un "panorama desolador": según dijo, sólo se destinan 181 euros al año por cada persona mayor con necesidades y 31,48 para cada enfermo de Alzheimer.
"Ha evitado referirse a todas aquellas líneas que le causan problemas", opinó Ramon Cardona, portavoz de EU-L'Entesa, que denunció la "desaparición" de toda una serie de líneas y el "recorte" de muchas otras. Cardona explicó, además, que muchos programas crecen respecto al ejercicio actual porque sufrieron drásticos recortes respecto a 2002.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de noviembre de 2003