Soy alumna de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Desde hace unas semanas el bar de nuestra facultad no deja que pasemos con las fiambreras o bocadillos a comer, cosa que hemos hecho siempre. Supongo que la causa es la nueva concesión a la empresa del grupo SERHS. No se cómo negociará la UAB sus concesiones con las empresas, pero no estaría de más que tuvieran en cuenta que somos estudiantes y que no te puedes gastar todos los días unos seis euros aproximadamente en el menú. Los precios de nuestro maravilloso bar son comparables a los de un bar no universitario y la calidad de la comida deja mucho que desear. Además en la facultad sólo disponemos de una sala de estudios comedor minúscula en la que, evidentemente, no cabemos todos. La solución es comer tirados en el suelo por los pasillos, por lo que somos acusados de dar "mala imagen". ¡Es vergonzoso!-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de noviembre de 2003