Con el 20% de incremento el Puente de la Flores nos ha costado a los valencianos 5,6 millones de euros. A pesar de lo abultado de la inversión, por lo visto no había suficiente para la construcción de la rampa de acceso en ambos lados para minusválidos y bicicletas. El puente de la pasarela Exposición, justo al lado, sí que tiene. No es casualidad que su arquitecto, Calatrava, viva en la civilizada Zúrich. Eso sí, las flores se cambian varias veces al año. Lo que no se puede discutir es el rendimiento electoral que le ha sacado Rita Barberá. El que unas flores disfracen de verde un puente tan antiecológico dice muy poco del electorado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de noviembre de 2003