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LA POSGUERRA DE IRAK

Bush promete una nueva política para llevar la democracia a Oriente Próximo

El presidente intenta contrarrestar el coste en vidas y en dinero de la ocupación de Irak

Estados Unidos y otros países occidentales comparten con los Gobiernos de la zona la responsabilidad de que no haya libertad en Oriente Próximo por haber respaldado en los últimos 60 años sistemas corruptos y antidemocráticos en nombre de la estabilidad, admitió ayer George W. Bush. En una importante definición de su política exterior que marca notables contrastes con anteriores declaraciones, el presidente estadounidense expuso ayer su visión sobre la libertad en Oriente Próximo y la necesidad de que se pongan en marcha auténticas reformas democráticas.

"Sesenta años de excusas y complacencia de las naciones occidentales respecto a la falta de democracia en Oriente Próximo no han servido para mantenernos a salvo, porque, a largo plazo, la estabilidad no puede adquirirse a costa de la libertad", dijo Bush, que comparó la nueva estrategia con la democratización de Alemania y Japón tras la II Guerra mundial y con el mensaje que Ronald Reagan lanzó en 1982 al declarar el fracaso de los sistemas comunistas en Asia, Europa y Latinoamérica. Bush señaló a cuatro dictaduras -Cuba, Corea del Norte, Birmania y Zimbabue- en las que "el secuestro de la libertad no podrá mantenerse indefinidamente".

Además de corregir afirmaciones del propio presidente -previas al 11-S- sobre la falta de interés de EE UU en el desarrollo de la democracia en otros países, con el discurso de ayer la Casa Blanca incluye a Irak en el más amplio y noble marco de la "revolución democrática global". Un objetivo útil en casa -para contrarrestar el goteo de muertos y el coste de la ocupación- y fuera de EE UU -para intentar difuminar las críticas sobre la legalidad de la guerra- y un aviso de cómo ve EE UU el reto: "El fracaso de la democracia en Irak envalentonaría a los terroristas de todo el mundo, aumentaría los riesgos para los estadounidenses y ahogaría las esperanzas de millones en la zona. La democracia triunfará en Irak y eso enviará, desde Damasco hasta Teherán, el mensaje de que la libertad puede ser el futuro de todos los países".

En Oriente Próximo, recordó recordó, la democracia brilla por su ausencia, las mujeres no tienen derechos, hay pobreza. A partir de ahí, su razonamiento: "No son fracasos de una cultura o de una religión, sino de doctrinas políticas y económicas". "En lugar de lamentar pasados errores y culpar a otros, los gobiernos de Oriente Próximo tienen que abordar los problemas reales Mientras la libertad no florezca allí, seguirá siendo un lugar de estancamiento, resentimiento y violencia lista para exportar. Y con la proliferación de armas sería irresponsable aceptar que todo siga como está".

Por eso, "EE UU ha adoptado una nueva política" para favorecer la libertad. Sin más detalles, Bush habló de impulsar las reformas democráticas, "conscientes de que modernización no es lo mismo que occidentalización". "Los gobiernos representativos reflejarán sus culturas, que ni son ni deberían ser reflejo de las nuestras", afirmó. Para dar una señal de por dónde deben ir las cosas, Bush criticó a Irán, a Siria, a los dirigentes palestinos e incluso a Egipto, importante aliado. En cambio, celebró los "desarrollos positivos" en Marruecos, Arabia Saudí, Kuwait, Bahrein, Qatar, Yemen y Jordania.

Por su parte, el Pentágono anunció un plan de rotación de soldados en Irak. Aunque un alto cargo del Departamento de Defensa había dado por hecho que la presencia militar va a reducirse de 132.000 soldados actuales a 100.000 en mayo, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, añadió requisitos a esa estrategia: "Si las condiciones de seguridad permiten pasar de las cuatro divisiones y 17 unidades actuales a tres divisiones y 13 unidades el año próximo, lo haremos. Pero eso depende de la seguridad. Ahora mismo no sabemos si será posible".

El plan está sujeto también al adiestramiento de tropas de seguridad formadas por antiguos o nuevos miembros de un Ejército iraquí que apenas cuenta ahora con 118.000 efectivos. Rumsfeld espera que sean 170.000 en mayo del año próximo: "A medida que vaya aumentando el número de soldados iraquíes y a medida que otros países vayan aportando tropas, el número total de tropas de la coalición, incluyendo las iraquíes, crecerá".El anuncio de la posible reducción pretendía edulcorar el llamamiento a filas que acaban de recibir 85.000 soldados y 47.000 reservistas. En la notificación se les comunica el envío inmediato a Irak por un periodo de un año, que puede prolongarse seis meses más. No por casualidad, la suma de ambas cantidades proporciona una cifra idéntica al despliegue actual.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 7 de noviembre de 2003