El presidente del grupo Popular en el Parlamento vasco, Jaime Mayor Oreja, lamentó ayer las "extrañas interpretaciones" que, a su juicio, han tenido sus palabras sobre la herencia política que deja Jordi Pujol en Cataluña, y aseguró que ese análisis lo planteó anteriormente ante un Comité Ejecutivo del PP sin que nadie le contradijera.
A pesar de las críticas que le han llovido de todas partes, incluido el candidato de su partido en Cataluña, Josep Piqué, quien le acusó de haber roto la estrategia de su campaña, Mayor se reafirmó en su tesis, que explicó así: "Después de 25 años en el País Vasco, la herencia del nacionalismo vasco es el plan Ibarretxe. En Cataluña, tras 25 años con un Gobierno de Pujol, las encuestas apuntan que el arbitraje de Esquerra Republicana es lo que nos va a quedar", dijo en la Cadena COPE.
Lo que la práctica totalidad de los políticos catalanes le han criticado no es tanto el contenido concreto de su reflexión, sino el hecho de que vincule tan abiertamente la situación política catalana con la vasca cuando, según sus críticos, no tienen nada que ver.
Piqué huyó ayer definitivamente de esta polémica y continuó con su campaña tranquila, en la que se limita, sin apenas mítines -sólo ha habido uno fracasado en Cervera (Lleida)- a explicar su programa sin ofrecer grandes titulares polémicos. Ayer organizó una chocolatada en un centro de ancianos de La Verneda, un barrio popular de Barcelona.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de noviembre de 2003