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El arzobispo de Barcelona veta un acto del teólogo Hans Küng

A pocos meses, quizás semanas, de su jubilación, el arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, ha vuelto a imponer su mano de hierro al prohibir que el teólogo Hans Küng presente su último libro en la parroquia de Santa Maria del Pi de Barcelona, tradicional punto de encuentro de los sectores progresistas de la Iglesia catalana. La presentación del primer tomo de las memorias de Küng, publicado por la Editorial Trotta con el título Libertad conquistada, debía celebrarse el martes, organizada por la Asociación para el Debate Interreligioso Unesco, y se ha trasladado al paraninfo de la Universidad de Barcelona tras argumentar el arzobispado que el famoso teólogo es "irrespetuoso" con Juan Pablo II.

Küng, cuyas memorias son un éxito editorial en Alemania y otros países europeos, presentará el libro en Madrid el próximo lunes y, tras el acto de Barcelona, acudirá también a Bilbao -el miércoles-, y a la Universidad de Granada, el viernes, con el mismo objetivo. El sábado día 15 el teólogo y sacerdote suizo-alemán vuelve a Madrid para recibir un homenaje de la Asociación de Teólogos Juan XXIII.

Fuentes del Arzobispado justificaron ayer la decisión del cardenal Carles en el hecho de que el Vaticano retiró a Küng su "misión canónica" para enseñar como teólogo. Sin embargo, el acto de Küng no era más que una conferencia, sin carácter litúrgico. Carles no se limitó a prohibir la conferencia del teólogo en la parroquia del Pi, sino que extendió el veto a todos los edificios del arzobispado.

Hans Küng fue perito del Concilio Vaticano II por decisión de Juan XXIII y ha dedicado su vida a la difusión del ecumenismo a través de sus libros y como profesor de la Universidad de Tubinga, (Alemania). Teólogos progresistas consultados por este diario coincidieron ayer en afirmar que el cardenal arzobispo de Barcelona ha querido demostrar que, pese a su pronta retirada, no piensa permitir que sus parroquias se desvíen un ápice de la ortodoxia impuesta por Roma. También consideraron significativo el hecho de que la prohibición llegue sólo siete meses después de la muerte del anterior párroco de la iglesia del Pi, Josep Maria Vidal Aunós, crítico con el conservadurismo de Carles. "El cardenal ha querido cortar de raíz cualquier desviación del nuevo párroco del Pi", afirman los críticos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de noviembre de 2003